miércoles, 4 de noviembre de 2009

Adiós, Mario, amigo

He conocido en internet a 2 ó 3 personas a las que creo que puedo llamar con propiedad “amigos”. Mario, alias El Cuervo, alias Vitriolo, era uno de ellos. Además era con el que tenía una relación más íntima. Conocía bien mis debilidades, y hacía mofa de ellas, aunque nunca con mala intención. Al contrario, me ayudó a superarlas. Mario tenía, hasta donde yo le conocí, dos debilidades: Una gran ansia de conocimiento y una también gran necesidad de transmitirlo. Se ganaba la vida como profesor y empresario. Aunque nunca le conocí en ambas facetas, no tengo dudas de que debió ser muy bueno: enseñaba bien y muchas cosas aprendí de él. Tal vez lo más importante de todo lo que me enseñó sea el valorar la honestidad como hoy lo hago. Y es que yo soy alguien estúpido e ignorante, solucionar eso tal vez no está a mi alcance, y en el mejor de los casos solo lo será con el tiempo. Pero ser honesto, ir siempre con la verdad por delante ante los demás y ante uno mismo, con humildad en el buen sentido de la palabra, eso está siempre al alcance, aquí y ahora.

Mario amaba la música, en especial a Bach. Amaba también las lenguas, el español y el inglés. Compuso y escribió algunas cosas, aunque a mí nunca me las enseñó. Decía que era un acto de una gran soberbia exponer en público las obras propias cuando hay otras infinitamente mejores que dar a conocer. Tampoco comprendía mi afición a escribir en internet. Me repetía con frecuencia que era algo para lo que yo no servía. A pesar de eso, nunca le importó ayudarme señalándome algunos defectos.

Era además un mago aficionado. Curiosamente, aunque también decía que como mago no era bueno, nunca le importó grabarse y colgar sus videos en internet.

No solo amaba, odiaba también muchas cosas: La osadía de la ignorancia, la falta de honradez, no soportaba las mentiras, y tenía un olfato especial para localizarlas. Era también un ateo furibundo. Si existiese ese Dios megalómano, rencoroso y vengativo en que muchos creen, sin duda Mario estaría ahora sufriendo algún tormento especial en el infierno.

Un abrazo, Mario. Siempre te echaré de menos.


7 comentarios. Haz el tuyo.:

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Vaya, El Cuervo. La pareja cómica de Blocos, ¿verdad? Lo siento.

Anónimo dijo...

Vitriolo ¦ yo no soy una persona violenta, solo pego guantazos para enfatizar una idea improtante. Es como usar un rotulador fosoforescete pero mas eficaz



deeb

KlingonCome dijo...

Mis condolencias, Herodoto.

Anónimo dijo...

El Cuervo..
No soy dada a expresar sentimientos, a decir de forma distinta lo que siempre digo de tal forma que todo esto no suene a un torpe acento extranjero. No importa.
He estado con el Cuervo mucho tiempo, años, en ese patio trasero de ninguna parte que era filosofia,a cualquier hora, de día o de noche, a veces ni siquiera cruzábamos un par de palabras en todo el día, pero él estaba alli, huraño , cómico, sarcástico, bondadoso.
Mentiría si dijera que esto no me ha afectado, de alguna forma es parte de mi vida, pero he oido por ahi que los Cuervos nunca mueren.
Siempre. Paladina.

Anónimo dijo...

Vitriolin...querido...no sabes cuánto extraño los momentos en que disfrutabamos de Bach mientras nos mofábamos de Herodoto...Voy a extrañarte Vitri!!!...seguro que ahora estás con Sebastián mostrándole tus dotes de prestidigitador y disfrutando de su música eterna.Hasta la vista,amigo!!!!!!!
Keyvis

|Lua dijo...

Sorry Herodoto, Vitri era muy crack. Gracias por escribir esto.

Anónimo dijo...

¡Calamidad! Cuánto te estoy echando de menos y cuánto te agradezco que no me dijeras nada, porque duele y el dolor que siento está más allá del cuerpo. ¿Qué voy ha hacer yo ahora con mi egoísmo? ¿Quién me va a despertar cada día de mi sueño dogmático? ¿Quién me va a hacer mimos blasfemos? ¿A quién le voy a mandar novelas para que no las lea? ¿A quién le contaré mi angustia, calamidad, que me quiera tanto...?

Ahora no puedo pensar... primero tengo encontrar la manera de dejar de llorar.

maca