Me tendrán que perdonar por mezclar hoy dos temas diferentes en el mismo artículo. Sirva de escusa que estamos en verano y que, aunque un poco traido por los pelos, ambos tienen un nexo común: se trata de publicidad radiofónica. Así que, unos segundos de publicidad:
Les recomendamos que se incorporen a la gran familia COPE utilizando la tarjeta VISA COPE CARD, si ustedes se identifican con la gente COPE han de saber que es una tarjeta universal que pueden utilizar en todos los lugares en los que admitan visa, pero que esta es la nuestra, que eso la hace diferente. Si todavía no la tiene, ¿a qué espera?
Pero ese no es el único anuncio de dicha tarjeta. El otro día oía por la radio a una señora que presumía de tenerla, enseñándola allá donde fuera para mostrar sus valores, valores COPE. Oyendo esa publicidad, yo me imaginaba a dicha señora yendo a su supermercado de siempre, ahí donde la atiende esa cajera progre tan odiosa, y pasándole la tarjeta con el logotipo de la COPE bien grande por delante de las narices. ¡Que se enteren estos rojos de que una tiene sus valores!
Me resulta llamativa (aunque no sorprendente) una apelación tal clara a formar parte de un rebaño, y me resulta llamativa precisamente porque algunas de las gentes de tal rebaño tienen por costumbre reprochar a los demás precisamente tal condición: la de rebaño. Hay otros ejemplos de este tipo de campañas, claro, pues es un recurso publicitario bastante corriente en la publicidad infantil y adolescente. Pero este rebaño tiene una peculiaridad, y es que se forma alrededor de, como dice su propia publicidad, unos determinados valores.
¿Cuales son estos? ¿Tal vez los valores cristianos? Eso sería antes de la reforma luterana, esa que acabó en la contrarreforma, y la prohibición de la venta de indulgencias. Antes de aquello la iglesia no habría tenido ningún problema no solo en vender un producto así, sino que se hubiera podido permitir campañas aun más agresivas, del tipo "y un 2% de lo que se gaste con nuestra tarjeta VISA, contabilizará como indulgencia y perdonará sus pecados". Además, como bien dice Rodrigo del Pozo, el símbolo de los cristianos es una cruz, no una tarjeta.
Si no son los valores cristianos, tal vez el valor que represente sea la libertad. Esto además vendría confirmado por la propia publicidad institucional de la COPE: Somos libres. Así que, si quiere ser libre, ya sabe: VISA COPE.
Otro caso muy curioso de publicidad con que me he encontrado estos últimos días por la radio es el de las "ecocajas" y digo curioso porque lo encontré en una emisora pública, RNE 5,pero sin estar incluida como publicidad, sino como una especie de entrevista, por laque supongo que nada se pagó a RNE.
¿Qué se decía en la entrevista? Para que se hagan una idea, imagínense que en los próximos juegos olímpicos que se nos avecinan irrumpimos en una de las pruebas, 5000 kilómetros lisos, por ejemplo. Imagínense que la tomamos con uno de los corredores y le ponemos todo tipo de dificultades: Le tratamos de echar la zancadilla, le tiramos piedras para que tenga que esquivarlas, incluso nos cercionamos concienzudamente de que no ha tomado ningún tipo de sustancia "dudosa" para obtener mejores rendimientos. Menuda putada, ¿no? ¿Y si les dijera que después de todo eso el sufrido atleta va a ganar la carrera? Son ustedes gente sensata, y seguro que no me creerían.
Bueno, pues el señor que nos vendía las ecocajas nos trataba de convencer de algo parecido. Para elaborar sus productos no se usan pesticidas. No se usan fertilizantes, no lo dijo, pero me dejó con la impresión de que ni siquiera se usaban vehículos a motor. Bueno, pues a pesar de eso el vendedor nos aseguraba que salían más baratos que los productos normales. ¿Cómo puede ser eso? Pues decía algo así como que al ser más naturales sus productos daban más jugo. (*)
De todos modos tenía una queja nuestro entrevistado, y es que algunos de sus clientes se quejaban de que, por ejemplo, les metieran una col en su ecocaja, pero que a ellos no les gustaba la col. Y es que la gente no está acostumbrada a comer lo que se les da, nos decía nuestro paternalista vendedor de ecocajas.
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(*) Creo que es importante aclarar aquí una cosa para tratar de desenterrar un prejuicio muy extendido en algunos lugares. Cuando un agricultor emplea fertilizantes y demás en su trabajo lo hace como lo haría cualquier empresario, para abaratar costes, no porque tenga una extraña afición a contaminar el suelo. Si no los empleara obtendría mucha menor cantidad de producto por el mismo trabajo, y tendría que venderlo más caro. Solo pensemos en el caso del encarecimiento de los cereales que ocurre actualmente en todo el mundo. Muchos achacan este encarecimiento (hasta en un 70%, según fuentes del Banco Mundial) a la producción de biodiesel, para el que se dedica únicamente un 1% del suelo cultivado. Pues imagínense cómo sería la cosa si todo el mundo se dedicara a comer productos ecológicos. Para serles sincero, yo no creo que el encarecimiento de los cereales pueda ser achacable al biodiesel, pero lo crea yo o no, el caso es que mucha gente se lo cree, es creíble. Y solo con un 1% de disminución en la producción. Señores, los llamados "productos ecológicos", son una mercancía de lujo. No todo el mundo tiene acceso a ellos, sino solo los más adinerados. Y a mayor demanda de ellos más subirá el precio del resto de productos alimentarios. Actualmente la demanda es ridícula, y solo por eso su efecto no es apreciable.
1 comentarios. Haz el tuyo.:
Que me meo con lo de la COPE XDDD
Ya sé que no son argumentos, pero es que lo has clavao XDDD, pa qué decir más
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